Supongamos que invertiste en el mercado de valores estadounidense durante todo el 2017. El S&P500, el índice de acciones más importante de América, tuvo subidas y bajadas, pero terminó alrededor de un 19% más alto que a principios de año. Esta es la razón por la que tener paciencia, incluso cuando hay altibajos, es la clave para invertir.
Sin embargo, lo pasado pasado está, y los datos históricos no tienen porque repetirse. No podemos adivinar el futuro analizando el pasado, pero sí podemos aprender dos lecciones muy valiosas a la hora de invertir: 1) da por sentado que en algún momento tendrás que lidiar con una crisis del mercado de valores, y 2) esto no significa que tenga que cundir el pánico y acabes retirando todo tu dinero de immediato.
¿Por qué?
Los datos bursátiles históricos evidencian que los precios de las acciones tienden a subir a largo plazo, pero no en línea recta. Échale un vistazo al índice S&P500 de los últimos 58 años: verás que el precio ha subido paulatinamente a largo plazo, mientras que a corto plazo los precios fluctúan arriba y abajo muy a menudo. Para que nos entendamos: la economía crece a largo plazo pero a corto plazo las subidas y bajadas continuas son inevitables.
Casi todos los años hay bajadas hasta alrededor del 5% negativo. En general, estas caídas se recuperan a medida que el mercado va creciendo. Las "correcciones" más notables, de entre el 10 y el 20 por ciento, ocurren con menos frecuencia.
¿Cuánto tardan las correcciones?
Por norma general, no suelen tardar mucho. Mirando el S&P500 de nuevo, la corrección promedio histórica tarda cerca de cuatro meses, y el mercado cae en un promedio de 13%. Y luego están las verdaderas crisis del mercado de valores, también conocidas como mercados bajistas, en las que el mercado de valores cae un 20% o más en un cierto período de tiempo.
De 1903 a 2016, hubo 11 mercados bajistas, que duraron un promedio de un año y medio y en los que los precios cayeron una media del 35%. Así que esto sucede una vez cada diez años de media según los datos históricos. La crisis crediticia es un ejemplo reciente: si hubieras empezado a invertir el 1 de enero de 2008, hubieses tenido que esperar hasta 2012 para recuperar tus pérdidas íntegramente. Si no hubieses retirado nada y reinvertido tu dividendo, tu inversión habría crecido alrededor del 137% para finales de 2017.
Perder depende de ti
En resumen, ¡ser paciente vale la pena cuando hablamos de inversiones! No entres en pánico si vienen curvas. Del mismo modo que puedes ser feliz y aún así tener un mal día de vez en cuando, una caída ocasional o una corrección mayor son lo más normal a la hora de invertir. Los altibajos son parte de la vida y no por ello tiramos la toalla cada vez que hay baches, ¿verdad?
Créeme: invertir no es un camino de rosas. Algunos días, semanas o meses, el mercado de valores puede caer y quizá pierdas la paciencia. ¡No te dejes llevar tan rápido! En realidad, sólo perderás dinero en el momento en que lo retires. Si tienes la paciencia que se necesita, estarás cada día más cerca de una inversión inteligente.
Ten en cuenta que invertir implica riesgos y puedes perder (una parte de) tu inversión. Y también has de recordar que los resultados del pasado no garantizan ningún resultado similar en el futuro.